Esta diminuta medusa escondía el secreto de la "inmortalidad". Unos investigadores asturianos lo han revelado

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La Turritopsis dohrnii mide solo unos pocos milímetros y es uno de los pocos animales conocidos capaz de dar marcha atrás al tiempo y rejuvenecer. Es por eso que a estos pequeños bichos que viven en algunas zonas del Mediterráneo y del mar de Japón se las conoce como medusas inmortales. Ahora, la Universidad de Oviedo ha conseguido descifrar en su genoma cómo pueden extender su longevidad hasta el punto de evitar su muerte

El ciclo de la vida. Nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, ¿no es cierto? Esas son esencialmente las fases básicas del ciclo de la vida de los seres vivos. Esas son, esencialmente las fases básicas que la T. dohrnii ha aprendido a 'hackear'. Esta medusa tiene la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y decrecer; volver a crecer, a reproducirse y a de decrecer; y así sucesivamente hasta que un depredador o una enfermedad acaben con ella.

Es decir, la T. dohrnii puede revertir su ciclo vital hacia un estadio anterior asexual llamado pólipo. Eso hace de esta medusa un campo de estudio realmente interesante. No tanto porque podamos usar lo que aprendamos de ella en nosotros mismos, como porque su estudio puede abrirnos a soluciones que hasta ahora no habíamos sido capaces ni de imaginar. Los investigadores de la Universidad de Oviedo lo saben y por ello se pusieron manos a la obra con la secuenciación del genoma.

La clave está en el genoma. En los últimos años, las herramientas bioinformáticas disponibles han revolucionado la genómica comparada. Gracias a esta revolución los científicos asturianos han conseguido identificar los genes amplificados (o con variantes características) que permiten a la medusa inmortal revertir el desarrollo ontogenético tradicional.

En su mayoría son genes asociados "con la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros, la renovación de la población de células madre, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente celular oxidativo". Es decir, en un primer momento solo sirven para confirmar cosas que ya sabíamos: que todos esos procesos están claramente asociados "con la longevidad y el envejecimiento saludable".

Foto 2 Turritopsis Diagrama 002
Universidad de Oviedo

Reloj no marques las horas. Lo más interesante, sin embargo, es el estudio exhaustivo de los cambios en la expresión génica durante el proceso de rejuvenecimiento. Gracias a él, los investigadores han descubierto señales de silenciamiento de genes mediadas por la denominada ruta “Polycomb” y el aumento de la expresión de genes relacionados con la vía de pluripotencia celular.

Es decir, se han encontrado las vías por las que células especializadas puedan desdiferenciarse, "dar marcha atrás" y ser capaces de convertirse en cualquier tipo de célula. El descubrimiento es fantástico porque deja claro que esas dos rutas bioquímicas son fundamentales en el rejuvenecimiento cíclico de la medusa. Es un paso clave en nuestra comprensión de esos procesos rarísimos.

Aún lejos de la inmortalidad. No obstante, también deja claro que, como decía la investigadora Maria Pascual-Torner, más que existir una clave única de rejuvenecimiento e inmortalidad, “los diversos mecanismos encontrados en nuestro trabajo actuarían de forma sinérgica como un todo, orquestando así el proceso para asegurar el éxito de rejuvenecimiento de la medusa inmortal”. Es decir, que no podemos usar un mecanismo aislado; que queda mucho por investigar.

Imagen | SINC

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La noticia Esta diminuta medusa escondía el secreto de la "inmortalidad". Unos investigadores asturianos lo han revelado fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .



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